Agustín Gamarra, nacido el 27 de agosto de 1785 en Cuzco, fue una figura importante en la historia política y militar del Perú en el siglo XIX. Fue presidente del Perú en dos ocasiones, de 1829 a 1833 y nuevamente de 1839 a 1841. Gamarra es conocido por su papel activo en los conflictos internos y externos del país durante este período, así como por sus intentos fallidos de fusionar el Perú y Bolivia en una sola nación.
Nacido en una familia modesta, Gamarra comenzó su carrera militar a una edad temprana, uniéndose al ejército colonial español. Sin embargo, cuando comenzaron a surgir los movimientos de independencia en América del Sur, rápidamente cambió de bando para apoyar la causa patriota. Luchó bajo el mando de Simón Bolívar y desempeñó un papel clave en la batalla de Ayacucho en 1824, que marcó el fin del dominio español en el Perú.
Después de la independencia, Gamarra se convirtió en una de las principales figuras políticas y militares del país. Fue nombrado presidente por primera vez en 1829, en un momento en que el Perú aún era inestable y estaba dividido por facciones políticas rivales. Durante su primer mandato, buscó restaurar el orden y consolidar el poder del Estado peruano. Sin embargo, su gobierno estuvo marcado por conflictos internos, particularmente con la facción liberal que se oponía a sus políticas conservadoras y centralistas.
Uno de los aspectos más notables de la carrera de Gamarra fue su obsesión por fusionar el Perú y Bolivia en una sola entidad política. En 1836, cuando el general boliviano Andrés de Santa Cruz formó la Confederación Perú-Boliviana, Gamarra se convirtió en uno de sus opositores más fervientes. Se unió a una coalición con Chile para oponerse a la Confederación, y en 1839, después de la victoria en la batalla de Yungay, la Confederación fue disuelta y Gamarra regresó al poder para su segundo mandato presidencial.
Su segundo mandato estuvo marcado por intentos de anexar Bolivia al Perú, lo que consideraba un objetivo estratégico y político importante. En 1841, invadió Bolivia con la intención de incorporarla al Perú. Sin embargo, esta invasión llevó a su derrota y muerte en la batalla de Ingavi el 18 de noviembre de 1841. La muerte de Gamarra puso fin a sus ambiciones de fusionar ambos países, y la invasión boliviana que siguió creó tensiones entre las dos naciones durante años.
Agustín Gamarra es hoy en día considerado una figura compleja de la historia peruana. Por un lado, se le ve como un militar competente y un líder que buscó unificar y estabilizar el país tras la independencia. Por otro lado, sus ambiciones imperialistas y su inclinación hacia el autoritarismo a menudo provocaron conflictos internos y externos. Su deseo de controlar Bolivia marcó el final de su carrera y dejó un legado mixto en la política regional andina.