Ollanta Humala es un oficial militar y político peruano que fue presidente del Perú entre 2011 y 2016. Nacido el 27 de junio de 1962 en Lima, creció en una familia con fuertes ideales nacionalistas y socialistas. Su padre, Isaac Humala, fue un abogado y activista que fundó un movimiento ideológico llamado "etnocacerismo", que abogaba por los derechos de las poblaciones indígenas y mestizas del Perú. Esta influencia familiar marcó profundamente la orientación política de Ollanta Humala desde joven.
Humala siguió una carrera militar y sirvió durante varios años en el ejército peruano. Se formó en la Escuela Militar de Chorrillos y participó en misiones durante la guerra contra la guerrilla de Sendero Luminoso en las décadas de 1980 y 1990. En el año 2000, ganó notoriedad nacional al liderar un levantamiento militar contra el régimen del expresidente Alberto Fujimori, quien en ese momento estaba involucrado en numerosos escándalos de corrupción. Aunque la rebelión fracasó, Humala se consolidó como una figura destacada por oponerse a la corrupción y al autoritarismo.
Tras dejar el ejército, Humala se lanzó a la política. En 2006, se postuló por primera vez a la presidencia bajo la bandera de su partido, el Partido Nacionalista Peruano, un movimiento de izquierda populista. Su campaña de 2006 estuvo fuertemente influenciada por ideas de nacionalismo económico y oposición a la globalización neoliberal. Recibió notablemente el apoyo del presidente venezolano Hugo Chávez. Aunque perdió frente a Alan García en la segunda vuelta, Humala se mantuvo como una figura clave en la política peruana.
En 2011, Humala se presentó nuevamente a la presidencia, esta vez con un enfoque más moderado y menos radical en comparación con su campaña de 2006. Alejándose de la influencia de Chávez, adoptó un mensaje centrado en la inclusión social y el mantenimiento de la estabilidad económica. Esta nueva estrategia le permitió ganar las elecciones presidenciales frente a Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori.
La presidencia de Ollanta Humala (2011-2016) estuvo marcada por sus esfuerzos para reducir la pobreza e integrar a las poblaciones rurales en el desarrollo económico del país. Su gobierno implementó varios programas sociales destinados a mejorar el acceso a la educación, la salud y los servicios básicos para las poblaciones más vulnerables. Sin embargo, su mandato también fue criticado por su incapacidad para reformar los sectores minero y extractivo, que siguieron dominando la economía del país. Además, su giro hacia políticas moderadas y su postura económica favorable a los inversores extranjeros le valieron críticas de la izquierda radical, que lo acusaba de haber traicionado sus promesas de campaña.
Al final de su mandato, la popularidad de Humala disminuyó debido a varios escándalos de corrupción relacionados con su gobierno y colaboradores cercanos. Tanto él como su esposa, Nadine Heredia, fueron acusados de haber recibido fondos ilegales de la empresa brasileña Odebrecht durante su campaña electoral, acusaciones que ambos negaron. En 2017, Humala y Heredia fueron detenidos preventivamente durante varios meses en el marco de la investigación de estas acusaciones, antes de ser liberados mientras aguardaban juicio.
Ollanta Humala sigue siendo una figura controvertida en la política peruana. Su mandato estuvo marcado por una mezcla de reformas sociales y continuidad económica, pero también por acusaciones de corrupción que empañaron su legado. A pesar de ello, sigue participando activamente en la vida política del país, defendiendo su gestión y presentándose como un defensor de los derechos de las poblaciones marginadas del Perú.