Manuel A. Odría Amoretti, nacido el 26 de noviembre de 1896 en Tarma, fue un militar y político peruano que sirvió como presidente del Perú entre 1948 y 1956, período que a menudo se califica como una dictadura militar. Su gobierno es conocido por haber restaurado el orden tras una época de inestabilidad política y económica, así como por sus políticas populistas que buscaban impulsar la economía y mejorar las condiciones sociales. Sin embargo, su régimen también es recordado por la dura represión de las libertades civiles y políticas.
Odría creció en una familia de clase media y siguió una carrera militar, ascendiendo en las filas hasta convertirse en general. Ganó prominencia por su papel en la represión de revueltas políticas y militares durante las décadas de 1930 y 1940. En 1945, fue nombrado Ministro del Interior en el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, pero pronto se distanció de este debido a diferencias políticas, particularmente sobre el manejo del movimiento populista APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), dirigido por Víctor Raúl Haya de la Torre.
En 1948, Odría lideró un golpe de estado contra Bustamante, justificando su acción por la necesidad de restablecer el orden y contrarrestar la influencia de APRA, que consideraba una amenaza para la estabilidad nacional. Tomó el poder e instauró un régimen autoritario. Desde el inicio de su presidencia, Odría adoptó medidas represivas para neutralizar a sus oponentes, especialmente apristas y comunistas. Disolvió el Congreso, suspendió las libertades civiles e impuso la censura de la prensa.
A pesar del autoritarismo de su régimen, Odría logró reactivar la economía a través de una serie de políticas populistas e inversiones extranjeras. Su gobierno se benefició del auge mundial de las materias primas, particularmente del cobre, lo que generó importantes ingresos. Estos ingresos le permitieron financiar grandes proyectos de infraestructura, como la construcción de hospitales, escuelas y carreteras, lo que le valió popularidad entre las clases trabajadoras y rurales.
Uno de los aspectos clave de su presidencia fue la implementación de programas sociales, especialmente en educación y salud, así como los esfuerzos por modernizar la infraestructura del país. Sin embargo, esta prosperidad económica estuvo acompañada de una severa represión de los derechos humanos y las libertades políticas. La oposición política fue silenciada, y muchos opositores fueron encarcelados o exiliados.
En 1956, bajo la presión de las fuerzas políticas y sociales, Odría permitió la celebración de elecciones democráticas, en las que no se postuló. Cedió el poder a Manuel Prado Ugarteche, poniendo fin a su régimen. Tras dejar la presidencia, Odría continuó activo en la política y se presentó sin éxito en las elecciones presidenciales de 1962.
Manuel A. Odría falleció el 18 de febrero de 1974 en Lima. Su legado sigue siendo controvertido. Mientras algunos lo ven como un líder pragmático que contribuyó a la modernización del Perú, otros lo critican por el carácter autoritario de su gobierno y la represión de las libertades civiles.