Serapio Calderón Chirinos, nacido en 1843 en Paucartambo, en la región de Cusco, fue una figura relativamente desconocida en la historia política del Perú, que ocupó brevemente la presidencia del Perú como presidente provisional en 1904. Su mandato fue muy corto, de mayo a septiembre de 1904, y su principal papel fue asegurar una transición pacífica del poder tras la muerte del presidente Manuel Candamo, quien falleció poco después de asumir el cargo.
Calderón era un abogado y político con una carrera estable en los círculos jurídicos y políticos de Cusco antes de llegar a la escena nacional. Ocupó diversos cargos en la administración pública y se convirtió en miembro del Partido Civilista, el partido dominante de la época, fundado por Manuel Pardo. Como presidente del Senado peruano, Calderón estaba en línea para suceder a la presidencia tras el fallecimiento de Candamo.
Su presidencia provisional se centró principalmente en preparar las elecciones y garantizar una transición ordenada del poder. Calderón no implementó grandes reformas ni cambios importantes durante su breve mandato, sino que se enfocó en mantener la estabilidad institucional y en la gestión de los asuntos cotidianos del gobierno. Rápidamente convocó nuevas elecciones, que resultaron en la elección de José Pardo y Barreda, quien sucedió a Candamo como presidente constitucional.
Aunque Serapio Calderón no dejó una huella profunda en la historia peruana, su rol como presidente provisional se considera un ejemplo de transición democrática ordenada en un contexto donde los golpes de estado y los levantamientos militares eran comunes en América Latina. Calderón falleció en 1922 y es recordado principalmente por su compromiso con la estabilidad institucional y el respeto a la constitución peruana.