José Pardo y Barreda, nacido el 24 de febrero de 1864 en Lima, fue un político peruano que ocupó la presidencia del Perú en dos ocasiones, de 1904 a 1908 y nuevamente de 1915 a 1919. Proveniente de una familia aristocrática y miembro del Partido Civilista, Pardo es recordado por su compromiso con la modernización del país y con la mejora de la educación. Fue uno de los presidentes más influyentes del Perú a principios del siglo XX, promoviendo reformas liberales y laicas.
Durante su primer mandato (1904–1908), Pardo se centró en la modernización de las infraestructuras, en particular en la construcción de carreteras y ferrocarriles para conectar las distintas regiones del país y fomentar el comercio. También invirtió significativamente en la educación pública. Pardo es considerado uno de los pioneros de la educación pública moderna en el Perú, reformando el sistema educativo y estableciendo escuelas públicas, especialmente en las zonas rurales, lo que marcó un alejamiento de la influencia tradicional de la Iglesia Católica sobre la educación.
Pardo también abordó los derechos laborales. Si bien sus políticas buscaban mejorar las condiciones laborales, trató de equilibrar los intereses de los trabajadores y de las élites económicas del país, lo que le valió tanto críticas como apoyos. Durante su primer mandato, Pardo mantuvo con éxito la estabilidad política y económica en un Perú en plena expansión.
Después de un tiempo alejado de la política, Pardo regresó a la presidencia en 1915, tras unas elecciones muy disputadas. Su segundo mandato fue más complejo. Aunque continuó con sus esfuerzos para modernizar el estado peruano, enfrentó crecientes tensiones entre las clases trabajadoras y las élites, así como una creciente inestabilidad política provocada por los movimientos de izquierda emergentes, como el APRA, que ganaría influencia en los años siguientes.
En 1919, un golpe militar encabezado por Augusto B. Leguía puso fin a su segundo mandato. Pardo fue exiliado, y Leguía inauguró un período de dominación autoritaria conocido como el "Oncenio". Tras la caída de Leguía en 1930, Pardo regresó al Perú y permaneció activo en la vida política, aunque su influencia disminuyó con el surgimiento de nuevas fuerzas políticas en el país.
José Pardo y Barreda falleció el 3 de agosto de 1947. Su legado es el de un reformador liberal, a menudo elogiado por su compromiso con la educación y la modernización del Perú. Sin embargo, también se le critica por haber sido un representante de las élites económicas y sociales, lo que limitó el alcance de sus reformas sociales.