Ramón Castilla y Marquesado, nacido el 31 de agosto de 1797 en Tarapacá (entonces parte del Virreinato del Perú), es una de las figuras políticas y militares más influyentes en la historia del Perú. Ocupó la presidencia del Perú en varias ocasiones, notablemente de 1845 a 1851 y de 1855 a 1862. Castilla es aclamado por haber modernizado el país, abolido la esclavitud y haber implementado importantes reformas económicas y sociales.
Castilla comenzó su carrera militar luchando en las Guerras de Independencia de América Latina, al lado de figuras como Simón Bolívar y José de San Martín. Después de la independencia, ascendió en las filas militares y políticas, convirtiéndose en una figura central en los asuntos peruanos durante las décadas de 1830 y 1840. Su papel en la rebelión contra el régimen dictatorial de Manuel Ignacio de Vivanco en 1843 consolidó su estatus como líder militar y político destacado.
Su primer mandato presidencial (1845-1851) estuvo marcado por la estabilidad y las reformas destinadas a modernizar la economía del Perú. Castilla utilizó los ingresos de las exportaciones de guano, un recurso natural clave en esa época, para pagar la deuda del país, financiar proyectos de infraestructura como la construcción de ferrocarriles y carreteras, y modernizar el ejército. Es considerado el líder que trajo estabilidad económica y política después de años de agitación.
Su segundo mandato (1855-1862) es especialmente célebre por sus reformas sociales progresistas. Castilla abolió la esclavitud en 1854, emancipando a miles de esclavos afroperuanos. También puso fin al sistema de "mita", una forma de trabajo forzado para las poblaciones indígenas heredado de la época colonial. Bajo su gobierno, se introdujeron reformas fiscales y administrativas, incluyendo la modernización de los sistemas de recaudación de impuestos y de las finanzas públicas.
Además de sus reformas sociales y económicas, Castilla desempeñó un papel crucial en la consolidación de la unidad nacional del Perú y en la defensa de los intereses del país frente a injerencias extranjeras. Sin embargo, su mandato no estuvo exento de conflictos, incluyendo tensiones internas con facciones políticas rivales y desafíos militares.
Castilla se retiró de la vida política activa después de su segundo mandato, pero regresó brevemente a la presidencia en 1863 durante un período de agitación política. Falleció en 1867 en Tiviliche, Tarapacá, mientras intentaba liderar una rebelión contra el gobierno en el poder.
Ramón Castilla es considerado uno de los más grandes líderes del Perú, no solo por sus reformas que modernizaron el país, sino también por su compromiso con la libertad y la igualdad, especialmente a través de la abolición de la esclavitud.