José de La Mar, nacido en 1776 en Cuenca (actual Ecuador, que en ese momento formaba parte del Virreinato del Perú), fue una figura importante en la historia del Perú, habiendo servido como presidente en dos ocasiones, de 1822 a 1823 y nuevamente de 1827 a 1829. La Mar desempeñó un papel crucial en la consolidación de la joven república peruana tras su independencia. Aunque su presidencia estuvo marcada por conflictos políticos internos y tensiones con países vecinos, es recordado como un líder moderado y patriótico.
Antes de entrar en la política, La Mar tuvo una carrera militar. Sirvió en el ejército español durante las guerras napoleónicas antes de regresar a Sudamérica para unirse a la lucha por la independencia. Combatió junto a las fuerzas patriotas contra los realistas españoles, destacándose como un comandante militar capaz y leal. Tras la victoria de las fuerzas independentistas, se unió a las primeras administraciones republicanas del Perú.
La Mar se convirtió por primera vez en presidente del Perú en 1822, tras la renuncia de José de San Martín, pero su primer mandato fue breve. Posteriormente, fue elegido presidente nuevamente en 1827, tras el colapso del gobierno de Simón Bolívar y la retirada de las tropas bolivarianas del Perú. Su segundo mandato se caracterizó por los esfuerzos para estabilizar el país y afirmar la soberanía peruana.
Como presidente, José de La Mar enfrentó importantes desafíos, incluidas las tensiones con la Gran Colombia, liderada por Bolívar, particularmente sobre la cuestión de las fronteras entre Perú y Colombia. En 1828, estalló una guerra entre Perú y la Gran Colombia debido a estas disputas territoriales, especialmente sobre la región de Guayaquil. Aunque las primeras campañas militares peruanas tuvieron cierto éxito, La Mar fue derrocado por un golpe militar en 1829, liderado por el general Agustín Gamarra.
Tras su destitución, La Mar fue exiliado a América Central, donde pasó sus últimos años. Falleció en 1830 en Costa Rica.
A pesar de las dificultades que enfrentó durante sus mandatos, José de La Mar es visto a menudo como un presidente honesto y moderado, que intentó estabilizar el Perú en tiempos turbulentos. Su papel en los primeros años de la República peruana, en particular en los conflictos territoriales con sus vecinos, dejó una huella duradera en la historia del país.