Manuel Menéndez Gorozabel fue un estadista peruano que desempeñó un papel clave durante varias etapas de transición política en el Perú del siglo XIX. Nacido en Lima en 1793, Menéndez ocupó diversos cargos importantes en la administración peruana y fue presidente interino del Perú en varias ocasiones, notablemente en 1834, 1841 y entre 1844 y 1845.
Menéndez comenzó su carrera política en un contexto de gran inestabilidad en el Perú, donde las luchas de poder entre facciones rivales y los frecuentes cambios de gobierno eran comunes. Era conocido por sus posiciones conservadoras y su apoyo a un gobierno central fuerte, lo que lo llevó a oponerse a varios líderes liberales de la época.
En 1834, durante la crisis política que siguió al intento de Pedro Pablo Bermúdez de tomar el poder, Menéndez fue nombrado presidente interino tras la victoria de Luis José de Orbegoso sobre Bermúdez. Durante este período, Menéndez actuó como una figura estabilizadora, buscando restaurar el orden político en medio de los conflictos militares entre facciones rivales.
Más tarde, en 1841, tras la muerte de Agustín Gamarra en la Batalla de Ingavi, Menéndez fue nuevamente nombrado presidente interino del Perú. Este período fue particularmente difícil para el país, ya que coincidió con una invasión boliviana y crecientes tensiones internas. Menéndez trabajó para reconstruir el gobierno y restaurar el orden, aunque su presidencia estuvo marcada por continuas luchas de poder.
En 1844, Menéndez fue llamado a la presidencia por tercera vez durante otra fase de inestabilidad tras la caída del régimen autoritario de Juan Francisco de Vidal. Durante este mandato, buscó apaciguar las tensiones políticas y organizar elecciones para restablecer cierta normalidad institucional. Bajo su liderazgo, finalmente Ramón Castilla fue elegido presidente, lo que puso fin a este período de presidencias interinas.
Manuel Menéndez es visto a menudo como una figura de transición en la historia del Perú. Aunque nunca ejerció el poder de manera prolongada o en circunstancias favorables, desempeñó un papel estabilizador en momentos críticos de la historia peruana. Su compromiso con restaurar el orden y promover soluciones institucionales a las crisis políticas le valió cierto reconocimiento, aunque su impacto político fue limitado por las circunstancias tumultuosas de su época.
Menéndez falleció el 2 de mayo de 1847 en Lima, dejando un legado de servicio público en tiempos sumamente difíciles para el Perú.