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Lo que conocemos de Cuzco, antes de la conquista, viene de las antiguas tradiciones orales transmitidas de generación a generación. Se dice que la cuidad fue fundada entre los siglos X y XII por el Inca Manco Cápac quien, según la leyenda, llegó del lago Titicaca, el lago sagrado.
Otra leyenda nos cuenta que siguiendo los consejos del Dios Viracocha, los cuatros hermanos Ayar dejaron el Altiplano. Uno de ellos, Manco, después de deshacerse de sus hermanos, plantó su varilla de oro, signo de su poder, en el suelo, en la ubicación de lo que sería la cuidad de Cuzco, capital del imperio del Tawantisuyo, que se extendía desde el río Maule, que corta el centro de Chile hasta la cuidad de Pasto en Colombia, incluyendo Ecuador, Bolivia y una parte del norte de Argentina.
Por sus grandes conocimientos de arquitectura, de hidráulica, de medicina, de agricultura, la sociedad inca fue un ejemplo admirable de organización política, administrativa y social.
El 23 de marzo de 1534, Francisco Pizarro fundó sobre la cuidad de Cuzco una ciudad española construida sobre los cimientos incas. Durante el virreinato, la cuidad de Cuzco mantuvo su importancia política y social; fue también el centro de una resistencia pasiva que efectuó levantamientos, el más importante fue el de José Gabriel Condorcanqui, que tomó el nombre de Túpac Amaru II.
A partir de 1821, cuando se inició la época republicana, la importancia política de Cuzco declinó.
En 1911, con el descubrimiento del Machu Picchu, Cuzco conocerá un nuevo auge, para convertirse hoy en la capital arqueológica de América.
Ubicado a 3,400 m de altura, Cuzco (255,300 habitantes) y sus alrededores son uno de los lugares más hermosos de América del Sur. Rodeada de oscuras montañas, la cuidad se extiende en un lugar magnífico, corazón del imperio inca (Cuzco significa ombligo en idioma quechua) y encierra monumentos y obras de arte de un gran valor artístico e histórico.
En Cuzco, corazón del imperio inca, se encuentran ponchos (para los hombres) y mantas (para las mujeres) muy hermosos y que no se encuentran en ninguna otra parte. Los ponchos son una marca de identidad y sus dibujos varían según los pueblos (ayllú).
Al principio, la altura puede molestarle. No debe hacer largos paseos. Vaya a tomar una infusión de hoja de coca (Mate de coca) a un bar para disminuir los efectos de la altura y vaya a recostarse en el hotel 2 ó 3 horas, a fin de acostumbrarse a la altura. El primer día, coma ligero al mediodía y evite los platos demasiado ricos o las carnes tipo churrasco.
Se destacan también en la región de Cuzco, las chicherías, despacho de bebidas para tomar una verdadera chicha, la bebida más popular. Esos lugares están señalados con una flor o un trapo rojo en a punta de un largo palo.
Rodeada por la catedral y la Compañía de Jesús, la iglesia más preciosa de Cuzco, es una obra de arte de la arquitectura católica, edificada por los jesuitas. La Plaza se extiende exactamente en el espacio ceremonial inca y está rodeada de prestigiosos monumentos. Solo hay que estudiar de cerca el ensamblaje de las piedras en el restaurante Roma para imaginar la calidad de la construcción. Hoy, casi totalmente rodeada de galerías con portales, con sus dos prestigiosas iglesias, es una de las plazas coloniales más hermosas del Perú.
Edificada en 1560. Altar principal y retablo completamente de plata. Atrás del altar hay otro retablo de madera en bruto esculpida. Admirables sillas de coro de madera tallada estilo barroco del siglo XVIII (así como el atril). En la sacristía hay una bella colección de muebles coloniales; un retablo, Cristo en la cruz, atribuido a Van Dyck. Observe la espléndida puerta tallada con elementos florales. Detrás de su enrejado de madera, hay plata en cantidades en la mayoría de las capillas. Ricamente decoradas, también contienen interesantes pinturas de la escuela de... Cuzco. En la capilla del Cristo de los Temblores (nave de la derecha cerca del pasaje que lleva a la iglesia del Triunfo), hay un Cristo Negro, regalado por Carlos Quinto.
Creada por los padres jesuitas que llegaron a Cuzco en 1571. En 1576 se inició la construcción en el barrio Amaru Kancha de Wayna Capac, siguiendo los planos del arquitecto Don Francisco Becerra. El terremoto de 1650 dañó su construcción, que se continuó en 1661 bajo la dirección del arquitecto jesuita Juan Bautista Egidiano. La construcción completa fue realizada en 15 años, y fue abierta el 19 de agosto de 1668.
El plano de la fachada y de las torres fue realizado por el jesuita Fructuoso Viera, y el ejecutor de la obra fue el arquitecto Diego Martínez de Oviedo. La construcción es en forma de cruz latina, con una sola nave, dos torres con ventanas ojo de buey que se enmarcan y se ajustan a la fachada; el pasaje central termina en una cúpula de gran trabajo arquitectónico de singular estilo barroco; se destaca en el interior el gran trabajo de tallado de los ornamentos de madera de estilo barroco.
Los retablos son de madera de cedro y dorados con pan de oro. Encontramos también pinturas que representan el matrimonio de la princesa peruana inca Isabel con Diego Oñas de Loyola y otra que representa la unión de los Loyola y de los Borja. Entre otros pintores, se encuentran Marcos Zapata, Basilio Santa Cruz, Basilio Pacheco, Cipriano Gutierrez, Rivera y otros anónimos.
Entre las esculturas más notables, están las de San Jerónimo y San Francisco que se encuentran en la sacristía, cuyo artista fue Melchor Huamán Mayta.
Fray Sebastián de Trujillo y Castañeda fundó el convento y la iglesia en 1536, en el lugar denominado LLimipipata, fundación confirmada por orden papal de Pío IX en 1561. El antiguo claustro y la iglesia funcionaron hasta 1650, fecha en la cual fue destruido por un terremoto. En 1675 se terminó la construcción en la cual participaron Alonso Casay y Francisco Monya, con como principales donantes los Pizarro y los Almagro, entre otros.
La fachada es de gran belleza; se destaca la torre de la iglesia con excepcionales piedras talladas de estilo barroco. La iglesia con tres nave con unos notables pilares y cúpulas; el primer claustro tiene ricos ornamentos de madera de cedro tallada.
También, la pieza de orfebrería más notable es el ostensorio de la Merced de dos estilos; la parte superior de estilo barroco fue realizada por Juan de Olmos, orfebre español, en 1720; y la parte inferior, de estilo renacentista, que fue realizada por el orfebre de Cuzco, Manuel de la Piedra, en 1805. ¡Pesa 22.2 kg y mide 1.30 m de alto, está incrustada con 31,518 diamantes, 615 perlas, rubíes, topacios y esmeraldas ! Este ostensorio se encuentra en el interior del convento (primer claustro).
La parroquia fue construida en el siglo XVI; y cual es la parroquia más antigua del Cuzco.
En esta iglesia se encuentra la más extraordinaria obra de carpintería fina, de estilo churrigueresco español. El púlpito es el tallado en cedro más impresionante conocido en el Perú, realizado por los indígenas. No se conoce el artista. El retablo del altar es de estilo barroco y con pan de oro. Otro retablo de buena calidad representa a la Virgen del Buen Suceso, ejecutado por el artista Mateo Tuiro Tupac. Así mismo, cabe señalar el fresco de esta misma Virgen.
Fundado por los padres franciscanos, en 1645, con dos fachadas y un sólo campanario, todo de piedras talladas de estilo español antiguo. La obra se terminó en 1652.
Hay en el interior del convento una monumental pintura de 12 m por 9 m. que representa la genealogía de la familia franciscana, realizada por Juan Espinoza de los Monteros. Además, encontramos obras pictóricas de Diego Quispe Tito, Basilio Santa Cruz, Antonio Sinchi Roca, Marcos Zapata entre otros.
Fueron fundados en Cuzco por la Señora Lucía de Padilla y Don Jerónimo de Pacheco, en el año 1605, en el terreno de Ajila Wasi o La Casa de las Vírgenes del Sol. La arquitectura corresponde a las últimas épocas del renacimiento, con unas cúpulas de estilo romano. Encontramos también un salón capitular con frescos y otras obras de arte tales como los magníficos trabajos de orfebrería, de textiles, de esculturas, pan de oro y retablos barrocos. A eso podemos agregar algunas pinturas como la colección del pintor Juan Espinoza de los Monteros y un gigantesco cuadro de la Virgen de la Asunción y otro de la glorificación de Santa Catalina, cuyo autor fue Lorenzo Sánchez.
La fundación fue realizada en el pasaje Santa Clara en 1558, en la cual participaron obreros mestizos, indios y el arquitecto Fray Manuel Pablo, quien terminó la obra.
Hay un formidable altar y un retablo con espejos venecianos construidos por Pedro de Oquendo, lo que lo convierte en el único ejemplo de este estilo en Cuzco.
En términos generales, el clima es agradable: fresco y seco, y la temperatura varía entre 3°C y 25°C. La estación de lluvias es de noviembre a marzo. Lluvias ligeras al inicio de la estación e intensas durante los meses de enero a marzo. La estación seca es de abril a octubre. Se conseja a los visitantes llevar ropa abrigada e impermeables durante la estación de lluvias.
En los meses de junio, julio y agosto la temperatura llega frecuentemente a los 0°C. La configuración del terreno es muy accidentada, con numerosas quebradas y riachuelos que se originan en los nevados y que alimentas el río Urubamba que atraviesa la zona formando un profundo valle que se abre camino a través de la roca granítica de Vilcabamba.
El panorama natural es impresionante y el equilibrio logrado entre la naturaleza y la obra arquitectónica inca es notable. La presencia de la cordillera Vilcabamba con nevados con cimas superiores a los 6,000 m, como el Salkantay, Humantay, entre otros; y la configuración de los bosques y valles, crean imágenes surrealistas donde las salidas y puestas de sol dan un espectáculo grandioso y misterioso.
Es abundante y variada. La existencia de especies consideradas en vías de extinción tales como el "oso con anteojos" (Tremarctos Omatus), el gallo de las rocas (Rupicola Peruviana), el ciervo enano (Pudu Mephistopheles), etc. condujeron al gobierno a declarar esta zona como protegida.
La presencia de otras especies como el puma, el zorro andino, la nutria de río, la taruka, el gato salvaje, el hurón, etc.; numerosas aves, entre otras, los cara-cara, los colibríes, el pato de los torrentes, los loros, el pavo salvaje y varios otras aves con plumaje colorido; reptiles como el trigonocéfalo bothrops y la serpiente coral, peligrosa por su veneno muy activo; lagartos, ranas, 'quirópteros' y una numerosa fauna andina y amazónica que se mezclan en la zona, hace del santuario un lugar donde la observación y/o el estudio constituyen una atracción adicional para turistas e investigadores.
Las grandes zonas naturales están ocupadas por una gran diversidad de especies forestales con características específicas a la altura. La vegetación forestal está compuesta por especies de árboles tales como el cedro, romero, laurel, etc., y por los géneros Ocotea, Pedocarpus, Guarea, Weinmania, Clusia, Cedropia, Cinchena, Eritrina, o Pisonay, Ilex entre otros.
Alrededor del sitio de Machu Picchu, se han repertoriado 90 variedades de orquídeas, muchas especies de begonias, etc. La mayor parte de la superficie está cubierta de hierbas, arbustos y árboles.
Las condiciones variadas han desarrollado las características propicias para el desarrollo de una flora muy diversificada, que va desde selva tupidas hasta bosques dispersos en las cimas de las montañas.