Páginas asociadas: |
|
El departamento de Arequipa posee un legado histórico impresionante que se remonta a 5 000 años a.C., como lo atestiguan más de 400 monumentos arqueológicos de arte rupestre documentados hasta la fecha. Estos vestigios precolombinos nos recuerdan que la región de Arequipa fue habitada por numerosas civilizaciones antiguas mucho antes de la llegada de los incas.
Cuando los incas llegaron al valle del Colca, encontraron dos etnias establecidas: los Collaguas y los Cabanas. Los incas integraron a estos pueblos en su imperio y transformaron esta región en uno de los graneros agrícolas más prósperos del Imperio inca. Las magníficas terrazas, aún visibles hoy en día, son un testimonio del colosal trabajo agrícola realizado por estos pueblos bajo la dirección de los incas.
La Villa Hermosa de Arequipa fue fundada en 1540 en el antiguo distrito de San Lázaro por colonos españoles. Arequipa rápidamente se convirtió en una ciudad importante, no solo por su posición estratégica entre la costa y Los Andes, sino también por su papel en la ruta de la plata que conectaba Potosi con España. Su burguesía ilustrada proporcionó a Perú algunos de sus líderes más influyentes, quienes marcaron la historia política y cultural del país.
Situada en una zona sísmica, la ciudad de Arequipa ha sido parcialmente destruida varias veces a lo largo de su historia. Esto ha dado forma a su arquitectura característica: muros gruesos sostenidos por grandes contrafuertes, cúpulas bajas y un uso limitado de la madera en las estructuras principales. Estas adaptaciones permitieron que la ciudad renaciera después de cada desastre natural, conservando su encanto colonial.
Arequipa también es conocida como la "ciudad blanca" debido al color de sus edificios, construidos con piedra volcánica blanca llamada sillar. Este material proviene de las cenizas volcánicas petrificadas del volcán Chachani, lo que agrega un toque único al paisaje urbano. La ciudad está situada al pie del majestuoso Misti, un volcán inactivo que domina la región a 5 821 metros de altura.
Arequipa es una ciudad ideal para pasear. Sus calles ofrecen numerosos detalles arquitectónicos inusuales, como bancos instalados en antiguas mansiones coloniales, casonas, iglesias y conventos. Las fachadas coloniales, con sus balcones de hierro forjado y sus patios sombreados, son testigos del rico pasado colonial de la ciudad.
Hoy en día, Arequipa es una de las ciudades más dinámicas de Perú. Su papel histórico en el comercio de la plata, fortalecido por la construcción del ferrocarril en 1870, que unió el Altiplano con el puerto de Mollendo, la convirtió en un cruce de caminos clave. Además de su próspera economía, atrae cada año a miles de visitantes que vienen a descubrir sus tesoros arquitectónicos y su cultura única.