Páginas asociadas: |
|
En 1834, el francés Eugène de Sartiges descubrió los restos de Choquequirao. Sin embargo, cuando el estadounidense Hiram Bingham pasó por esta misma zona 67 años después, en 1901, mientras buscaba ruinas arqueológicas, no vio Choquequirao. En cambio, descubrió lo que lo haría famoso: Machu Picchu.
Hoy en día, Choquequirao se considera una nueva maravilla arqueológica del Perú, y muchos la comparan con Machu Picchu, tanto por su relevancia histórica como por la majestuosidad de su arquitectura. Sin embargo, a diferencia de su más famosa vecina, Choquequirao sigue siendo un lugar relativamente desconocido, lo que le otorga un atractivo especial para aquellos que buscan una experiencia más auténtica y menos turística.
Choquequirao, que en quechua significa "la cuna de oro", se encuentra en la provincia de La Convención, en el departamento de Cusco, a una altitud de 1 500 metros. Se cree que fue un importante enclave económico que conectaba la selva amazónica con las principales ciudades del Imperio Inca, como Machu Picchu y Pisac. Además de su función económica, se piensa que Choquequirao también tenía un propósito ceremonial y religioso, como lo sugieren los numerosos templos y plazas ceremoniales descubiertos hasta ahora.
El complejo está compuesto por nueve sectores, entre los que se destacan el centro político-religioso, el sistema de fuentes y canales, con acueductos que demuestran el avanzado conocimiento hidráulico de los incas, y el sector de las terrazas agrícolas que domina las laderas de las montañas. Hasta el momento, solo el 30 % de la ciudadela ha sido excavada, lo que deja mucho por descubrir sobre su historia y sus misterios.
Visitar Choquequirao no es tarea fácil. A diferencia de Machu Picchu, al que se puede acceder en tren y en autobús, llegar a Choquequirao requiere una caminata de varios días por terrenos escarpados y difíciles. Sin embargo, este esfuerzo es parte del atractivo para aquellos que buscan una experiencia más aventurera. Durante el trayecto, los viajeros podrán disfrutar de impresionantes vistas de la cordillera de Los Andes, y de una gran variedad de flora y fauna local, como la orquídea Michi-Michi (Cypalla Herrerae) o la Wkanki (Masdevalia Veitchiana), especies endémicas de la región.
Para los aventureros más comprometidos, el recorrido ofrece una oportunidad única para desconectarse del mundo moderno y sumergirse en el corazón del antiguo Imperio Inca. El sendero que conduce a Choquequirao atraviesa desfiladeros profundos, ríos caudalosos como el Apurímac y frondosos bosques nubosos, lo que lo convierte en una experiencia inolvidable.
Choquequirao es una de las grandes joyas arqueológicas del Perú, y aunque su acceso es complicado, la recompensa para aquellos que se aventuran es incomparable. Sumergirse en este sitio lleno de historia, rodeado por la majestuosidad de Los Andes, es una experiencia que marca a todo viajero.