No, no sé bien si me veré en los altos
de una farmacia 
              frente al Mar del Sur, 
en una noche de Setiembre tibio;
en 
              cambio amanecido a las orillas
de una laguna en medio del 
              desierto,
exactamente nueve meses antes 
(que Huacachina así 
              se llama el punto);
no se cual sera la visión postrera,
pero 
              si estoy seguro que me iré 
dandote, madre mía, eternas 
              gracias
por haberme alumbrado en este mundo,
que aunque no 
              hubiera sido un ser humano,
Si no piedra, o pescado, o 
              vegetal,
ser tu vástago me bastara a mí.
