Dame todo el placer que tienes escondido,
déjame flotar en tu vaivén de mar silente,
y así yo besaré (en la hora más vehemente)
la bella y secreta arruga de tu cuerpo
y hasta tus chispas beberé,
antes de que la suave luna escape de su cerco.
Verde es el deleite como el atardecer de un beso.
Dame todo el placer que guardas para nadie,
dame tus células y tu pensamiento.
Abreme a la desnuda noche en mi deseo,
dame todo el morir que acuna este momento.