El arte de caminar por tus calles consiste en ver tus defectos como versos aún no descubiertos en la noche Yo voy más lejos que aquel poema extraviado voy dibujando imágenes sin límites de velocidad palabras como una rosa que enloquece al vacío con esta percepción de ángel alucinado y febril Lima ¿De qué valen tus letreros luminosos? Si sólo consiguen efectos psicóticos
tus semáforos
si sólo sirven para perturbarme Pero también tienes tu encanto
tus ascensores
sin embargo no subimos ni bajamos pasamos solamente
tus teléfonos malogrados
¿Dónde ciudad tragamonedas iremos nosotros los desheredados de tu belleza? Tal vez a vomitar en el baño
de alguna vieja cantina
Y luego viajaremos en microbús percibiendo los hedores de tu herida Pero aún no nos espantamos Y sigo por estas calles donde aprendí abrir mi corazón a la melancolía Abrir mi corazón como se abre la bragueta y derramar mi amor como orines sobre las esquinas